martes, 22 de mayo de 2007

Hace 90 años...


El día de hoy, 21 de mayo, de hace 90 años nació uno de los mejores hombres que hayan existido, me refiero a mi adorado Papáne, mi abuelo; por situaciones que no veo necesarias escribir aquí, lo considero como mi Papá, con todo el respeto que mi tíos y tías me merecen, siento que fui uno de los grandes beneficiarios por el hecho de ser el nieto más grande y por consiguiente, visto como el hijo más chico; eso me concedió un lugar privilegiado que agradezco infinitamente haber aprovechado.

De él aprendí todo lo que sé y como soy, él fue un verdadero ejemplo a seguir, más de 30 años al servicio de su amada UNAM, Premio Universidad Nacional por la Facultad de Arquitectura y un muy largo etcétera; podría llenar posts y posts con sus obras, una vida profesional llena de éxitos, pero esas son cosas materiales y muy terrenales, más importante aún fueron sus enseñanzas sobre el amor a la familia, a su esposa, a sus hijos y por supuesto a sus nietos.

Callado, tanto que le temían, pero no era más que dulzura y sabiduría juntas, mucha inteligencia, mucha capacidad.

Recuerdo sus cosas, sus libreros que abría y que estaban llenos de tesoros y que muchos conservo, sus cámaras (un verdadero Flickr de su época), no sé cuántas pero tenía una colección bastante grande y que crecía continuamente; libros, muchos libros; soldados de plomo, carritos, pinturas, frijoles rojos de colorín en un frasco...

Más que extrañar, anhelo volver a platicar con él, sé que sabría que decirme, dos o tres palabras serían suficientes; volver a ver sus barbas, sus manos arrugadas y de dedos afilados, su caminar despacio, sus sacos llenos de cosas, su bolsa de la camisa llena de plumas y papeles, de corbata, siempre de corbata, con chalecos y chamarras abrigadoras, de sombrero; no era muy elegante, diría mas bien que era de aspecto un tanto informal, pero de saco y corbata siempre (quienes tengan familiares arquitectos sabrán a qué me refiero); mi abuelo era simplemente un tipazo, mi más grande anhelo en la vida es llegar a ser como él, cuando menos poquito.

Homero Martínez de Hoyos, mi abuelo, mi Papáne, hace casi 9 años que se fue y aún lo extraño, no con dolor ni pena, sino con el anhelo de volverlo a ver.

Y ya porque de pronto uno se pone sentimental...

5 comentarios:

Tina Marie dijo...

Un saludo con respeto para este post.

Taker dijo...

Recien lei el post que puso tu hermana sobre tu abuelo y me da gusto ver que ambos lo recuerdan con tanto cariño.

Como bien dices lo mas importante no son las cosas que hizo profesionalmente hablando, sino las enseñanzas que les dejo y el cariño que siempre les demostro.

Saludos!!

Anónimo dijo...

Nadie muere mientras exista alguien que lo recuerde. Saludos y felicidades por haber tenido la oportunidad de conocer y de aprender de un hombre tan extraordinario.

Anónimo dijo...

Apreciado Román no tengo el placer de conocerte, pero tuve el enorme privilegio de conocer a tu abuelo, uno de mis más queridos profesores en la Facultad de Arquitectura, quizá no lo sepas o quizá sí, él se fué justo el día en que juntos debimos estar en mi exámen profesional, ese fue uno de los días más tristes de mi vida, no por la suspención de ese exámen, sino por la ausencia ya permanente de mi guia, cómo me hizo falta después y añoro aún esas tardes de revisiones de tesis en su casa, en las cuales hablabamos de todo menos de mi proyecto porque siempre me pedía que le llevara galletitas para su café y me hablaba de su más grande amor (su esposa) y el tesoro que ella le heredó (sus hijos, nietos, etc...) o cuando me decía con esa ternura que le caracterizaba "mi querida arquitecta, su proyecto es muy bueno, sólo le hace falta una borradita general..." no sabía si reír o llorar... Gracias por mantener vivo el espíritu de uno de los hombres más grandes que esta vida a tenido el plaver de albergar.

Saludos cariñosos...
Arq. Cynthia Ishell Hernández Contreras
ishell74@hotmail.com

monik dijo...

Si definitivamente uno se pone sentimental el abue era grande.