De amigos y memorias

Hace ya 12 años que terminé la universidad y parece que todo ha sucedido en un abrir y cerrar de ojos, de ella aprendí muchas cosas, muchos buenos recuerdos, pero creo que lo mejor que me dio fue haber conocido a los que ahora considero mis verdaderos amigos, esos que están contigo en las buenas y en las malas, aquellos con quienes cuentas y te confiesas sin temor a ser criticado, menospreciado o regañado porque tu vida no ha sido siempre color de rosa.

Ayer viernes, en un hecho fuera de lo monótono y cotidiano, vinieron dos de ellos a mi casa, a D lo veo más o menos seguido, siguiendo la tradición mexicana, soy padrino de su hija y por consecuencia somos compadres ; incluso en algún momento de la vida compartimos departamento de solteros y fue una muy buena experiencia; también ayer vino A, a quien tenía casi dos años de no ver, nos hemos visto como si nada, con un gusto y amistad de lo más arraigada en total sintonía y entendimiento, sin el clásico reproche de por qué no me has hablado desgraciado....; son esos momentos, esos amigos, los que en realidad importan; afortunadamente la vida me ha dado otros amigos como O, JB y JE, pero el día de ayer, y hasta hoy a las 3 de la mañana, la cerveza, los recuerdos, las esperanzas y expectativas, nuestras familias, sus parejas e hijos fueron el centro de la plática.

Gente viene y va en nuestras vidas, entiéndase novias, parejas, pseudoamigos, pseudofamiliares, pero los que siempre están son los que hacen valer la vida, los que te dan un espaldarazo cuando más lo necesitas, una voz de aliento, un no hay pedo amigo, esos son los que hacen el día.

Sirva este espacio para agradecer la amistad y el valor de los que siempre están.